¿Qué es la infraestructura verde y por qué es importante?
La Comunicación de la Comisión Europea sobre la Infraestructura verde define esta última como una herramienta de eficacia probada que aporta beneficios ecológicos, económicos y sociales mediante soluciones naturales y que nos ayuda a comprender el valor de los beneficios que la naturaleza proporciona a la sociedad humana y a movilizar inversiones para sostenerlos y reforzarlos. Dicho de otro modo, es una red de zonas naturales y seminaturales y de otros elementos ambientales, que presta una extensa gama de servicios ecosistémicos.
La infraestructura verde puede ofrecer múltiples funciones y beneficios en un mismo ámbito territorial. Dichas funciones pueden ser de tipo medioambiental (p.ej., la conservación de la biodiversidad o la adaptación al cambio climático), social (p.ej., la construcción de drenajes de agua o espacios verdes) y económico (p.ej., la creación de empleo y el aumento del precio de los bienes inmuebles). Este contraste con las soluciones de infraestructura gris, que generalmente cumplen una única función, como la de alcantarillado o la de transporte, es lo que confiere su atractivo a la infraestructura verde, dotada del potencial de abordar varios problemas a la vez. La infraestructura gris tradicional sigue siendo necesaria, pero con frecuencia puede reforzarse con soluciones naturales.
La infraestructura verde puede utilizarse, por ejemplo, para reducir las escorrentías de las precipitaciones tormentosas que se filtran en las redes de alcantarillado y, en última instancia, en los lagos, ríos y arroyos, aprovechando las capacidades de retención y de absorción de la vegetación y del suelo. En estos casos, la infraestructura verde produce, entre otros beneficios, los de aumentar la captura de carbono, mejorar la calidad del aire, mitigar el efecto isla del calor urbano y crear hábitats adicionales para la vida silvestre y espacios recreativos. Las zonas verdes contribuyen asimismo al paisaje cultural e histórico, confiriendo identidad a los sitios y a los paisajes de las zonas urbanas y periurbanas donde la gente vive y trabaja. Los estudios realizados demuestran que las soluciones de infraestructura verde son menos costosas que las de infraestructura gris y ofrecen una amplia variedad de beneficios complementarios a las economías locales, al tejido social y al medio ambiente en general.