C₅₅H₇₂O₅N₄Mg
Clorofila, la base de la vida
Las clorofilas son un grupo de pigmentos que se encuentran en aquellos organismos eucariontes que poseen cloroplastos (plantas, algas) y en algunos procariotas: bacterias que no poseen cloroplastos (cianobacterias, bacterias verdes y púrpuras), y cuyos pigmentos se encuentran en sistemas de membrana internos: (vesículas, lamelas, cromatóforos), pertenecientes a los dominios Eubacteria y Eucarya.
La clorofila puede detectarse fácilmente gracias a su comportamiento frente a la luz. Medir ópticamente la concentración de clorofila en una muestra de agua da poco trabajo y permite una estimación suficiente de la concentración de fitoplancton (algas microscópicas) e, indirectamente, de la actividad biológica; de esta manera la medición de clorofila es un instrumento importante de vigilancia de los procesos de eutrofización.
La presencia de clorofila es también medida por sistemas de teledetección, que informan sobre la distribución de la producción primaria, incluidas las oscilaciones estacionales y las fluctuaciones interanuales. En esta forma la medición de la clorofila ayuda a la investigación del cambio climático y ecológico a escala global.
Y todo esto queda muy técnico, pero la realidad es que la clorofila es mucho más que química.
Es la combinación de Fuego, Agua, Terra y Aire que creían los antiguos sabios era el origen de la vida, y no se equivocaban.
La clorofila es verde, es esperanza, es poesía.
Verde que te quiero verde
verde viento verdes ramas
el barco sobre la mar
el caballo en la montaña.
Verde, que yo te quiero verde.
Federico García Lorca