Ascenso de savia del suelo hasta las hojas.
El proceso por el cual un árbol es capaz de elevar el agua decenas de metros hasta sus hojas se llama «ascenso de savia» o «transporte de agua». Este proceso se lleva a cabo gracias a un complejo mecanismo físico y biológico en el interior del árbol, conocido como el sistema de transporte de la planta.
El sistema de transporte de la planta consta de dos procesos principales: la absorción y la transpiración. La absorción ocurre en las raíces del árbol, donde se toma agua y nutrientes del suelo. La transpiración ocurre en las hojas, donde se pierde agua a través de pequeñas aberturas llamadas estomas.
El agua y los nutrientes que se absorben en las raíces del árbol ascienden por los vasos conductores de la planta, conocidos como xilema, hasta las hojas a través de un proceso conocido como «tensión-cohesión-adhesión». La tensión es creada por la pérdida de agua en las hojas debido a la transpiración, que a su vez crea una presión negativa que «tira» del agua hacia arriba en los vasos conductores. La cohesión se refiere a la capacidad del agua para mantenerse unida, lo que permite que el agua suba en una columna continua en los vasos del xilema. La adhesión se refiere a la capacidad del agua para adherirse a las paredes celulares de los vasos conductores, lo que ayuda a mantener la columna de agua continua.
En resumen, el ascenso de la savia en un árbol es un proceso que combina la absorción de agua y nutrientes en las raíces y la pérdida de agua a través de la transpiración en las hojas, y que se lleva a cabo gracias al mecanismo de tensión-cohesión-adhesión en los vasos conductores del xilema. Este proceso permite que los árboles puedan crecer y desarrollarse, y es fundamental para el equilibrio de los ecosistemas terrestres.
Si los seres humanos tuviéramos real conciencia del trabajo silencioso y humilde que hacen los árboles para sobrevivir los amariamos de corazón.